MOTOS QUE PARTICIPABAN DE LOS ENCUENTROS 1993 COMO ESTA RARÍSIMA RALEIGH Y LAS POPULARES JAWA 350 76/77
De la Redacción de INFORMOTO
18/02/2017

Todavía para 1993 y un poco más tarde, se veían en los Encuentros motos raras como esta Raleigh, seguramente terminaron en una colección privada, en un gallinero o fueron exportadas.
Las Jawa 350 del '76, las primeras que llegaron desde los '60 en las épocas de Motorline, fueron importadas por Skoda Platense y las distribuían y comercializaban Francisco Hernanz (Viamonte 1616) de Capital Federal y Mario Stein en su local de Av. del Libertador en Olivos.
Eran las motos checoslovacas -en esos años, todavía no había caído el muro de Berlín- las únicas a las que podían aspirar los motociclistas luego de las Zanellas, Gileras, Mival, Moto Guzzi, Siambrettas, Pumas, etc. etc. Precio contenido, muy buenas prestaciones teniendo en cuenta que el diseño era muy antiguo, hasta los cilindros eran de hierro, pero muy simples de mecánica y de mantenimiento.
Alguno nos recordará el tema de los platinos, de que un escape tiraba más humo que el otro, que eran lentas, que los frenos no eran muy eficientes, pero en el balance general, ganaba la Jawa.
En esos años cualquier motociclista que se preciara tenía conocimientos mínimos de mecánica, sino no podía andar en moto, así de simple. Con las japonesas nos olvidamos de todo, pero pasaron varios inviernos para eso.
Había que saber cómo cambiar un platino y un condensador, darle la luz adecuada, poner a punto el encendido, etc. En la Jawa 350, si bien tenía dos platinos, contaba con alternador y no había volante magnético para sacar. Los cables de comando no se cortaban fácilmente, si se cortaba el de embrague, tampoco era problema, al presionar para pasar el cambio la palanca respectiva, se desembragaba y permitía tanto subir como bajar marchas. Una maravilla de alguna manera "rústica", pero que permitió a muchos motociclistas recorrer decenas de miles de kilómetros.
Tenía una excelente posición de manejo, mucha habitabilidad, era una moto "grande", agregándole un pequeño cupolino y/o parabrisas, un portaequipajes y un par de alforjas ya estaba lista para devorar kilómetros. Además el detalle de la traba de acelerador para la ruta...
En la tierra iba muy bien, lo mismo que en el ripio y en la arena, tenía la cadena blindada, así que duraba decenas de miles de kilómetros...
Cómo si fuera poco, un arsenal de herramientas y un inflador como los de bicicleta, nunca intentamos inflar un neumático con él, y para acompañar todo esto el "Manual de Entretenimiento" (en lugar de Mantenimiento).