LA GILERA GIUBILEO FUE TODA UNA NOVEDAD EN 1963, LOS PRIMOS MORELLO RESTAURARON UNA HACE 12 AÑOS
De la Redacción de INFORMOTO
20/08/2017

Carlos de gorrita amarilla, y Roberto de pelo oscuro y camiseta colorada -fiel al Yamaha Team- posan con la moto terminada.
Si bien el escape no es el original, este era de aluminio característicos de las Gilera de la época, se cambiaban por otros con forma de trombón, algunos llevaban una mariposa para convertirlos en libres. Bueno, eran los años de la teoría de que con los escapes libres se podía andar más rápido. Simplemente hacían más ruido y había que darle más comida para que no se gripara el pistón. Esta teoría del escape libre la tiro abajo el "Mago de Alta Gracia" cuando preparaba los Torino y estos tenían escapes con retención para mejorar la potencia.
Tampoco la óptica del farol delantero es la original, simplemente un sustituto que se hacía en los '70 cuando ya era difícil conseguir repuestos.
La Gilera Giubileo que vino a reemplazar a la 150, nació a destiempo, ya en 1963 el retroceso en el sector de los motovehículos se hacía sentir. La introducción de las microcoupés: Isard (dinarg), Iseta, Heinkel, etc. hicieron lo suyo. A todo esto la industria nacional con los Citröen 2 CV y los Fiat 600 más las coupé y sedán De Carlo (BMW) hicieron lo suyo para que la moto pasara de ser deseada a desechada.
A la Giubileo primero la vimos en un afiche publicitario en una pequeña casa de repuestos de motos en San Teresita, el único lugar en esos primeros años de los '60 donde podíamos comprar cables de comando y/o evita soldadura. El dueño era Lasalle, hacía refrigeración y se movía en un Land Rover inglés de los primeros, la señora atendía los repuestos de motos.
Esporádicamente vimos alguna estacionada en la vereda de Lavalle y Montevideo -Vaifro Meo- en Buenos Aires, también sobre Pueyrredón y Córdoba. Llamaba la atención por su color rojo-naranja distinto a todas las otras motos.
Gilera tenía un muy bien ganado respeto entre los motociclistas, los combinadores de películas -es decir los que llevaban las latas de un cine a otro- las utilizaban todos los días. Los más pudientes de este oficio andaban en Triumph "Pollerudas" o NSU 250 o BMW R 26 y también en las Jawa "huevito" 350.